Otra historia nos remonta al siglo XIX,
atribuyendo el origen de dichas fiestas a un invento europeo. Así como que el árbol proviene de territorio
alemán.
Hay quienes aseguran que la
primera tarjeta
navideña se imprimió en el año 1846 en la ciudad de Londres,
Inglaterra. Muchos años más tarde aparece la mítica figura de Santa Claus, con
su trineo tirado por renos y cargado con enormes sacos con juguetes, que
obsequiaría a los niños que tuvieran buenas actitudes, invento de los Estados
Unidos.
Y claro no podía faltar
esta en la que nuestro héroe es San Francisco de Asís, quien en el año de 1223 en Grecchi, Italia, hizo
el primer “portal” del que se tiene noticia histórica. Su intención fue
subrayar “la humildad de la encarnación y verle a Jesús recostado en el pesebre
entre el buey y el asno”.
Su verdadero origen aun continua lleno de misterio, pues son muchos los
que se atribuyen tal descubrimiento, la única certeza que tenemos es que a
todos de alguna forma nos envuelve la magia de la navidad. De alguna manera por
mas escéptico que seamos terminamos luciendo un diminuto prendedor rojo
que nos hace cómplices de la
celebración.
Ahora bien, ¿porque y para que celebramos la navidad?
Según el Padre Pedro Fco. Lluveres Jesús vino con el plan de DIOS, con la intención de
que toda la humanidad y ser viviente se salvaran y así prevaleciera su intención para con el mundo. Es decir, la justicia, solidaridad, verdad;
por eso la navidad es especial, “por lo menos en esta época se habla de Jesús y
mencionarlo a EL es hablar de salvación.”
De acuerdo con Lluveres, Los creyentes tienen la
responsabilidad de dejar que Jesús renazca en su corazón, su comunidad, su
pueblo, y así entrar en el proceso de conversión que significa volver a la
fuente, EL.
La navidad es el mejor momento para reencontrarnos con
nosotros mismos hacer una reflexión de lo que hemos hecho y de lo que podemos
hacer pensando en llegar a los demás aportando algo tan pequeño como una
sonrisa pero tan grande para quien lo necesita.
La navidad es brillo, color es alegría es disfrutar de las pequeñas
cosas y dar las gracias a DIOS por lo que nos da. Retribuir eso a quien más lo necesita no
tiene precio y es lo que Jesús espera de nosotros que nos demos con la misma
dedicación y amor que él lo hizo por nosotros.
El párroco asegura que la Iglesia en su papel de madre
y maestra por medio de una serie de fiestas busca concientizar al hombre de
este hecho tan importante para la salvación de sus hijos. “En navidad yo veo una iglesia espléndida que
vive todo lo que es el tiempo de adviento. Por esto me encanta esta época te
brinda la oportunidad de reencontrarte con tu gente, en la intimidad de la
familia, la congregación. La prioridad
de todo ser humano ha de ser encontrarse con Jesús, abrir su mente y corazón
para que EL le toque y transforme, cuando esto pasa preguntarle ¿Qué quieres
que haga? y responderle.”
El religioso afirma que
la navidad es un festejo un momento de celebración de alegría no es estar triste
es compartir, disfrutar de todo lo que nos rodea, dar las gracias,
sonreír. Dios es amor y espera que retribuyamos
ese amor a los demás.
Que hacer.’
El padre Francisco entiende que la mejor manera de ser
solidarios es acercarnos a la realidad
que hay en nuestro entorno por ejemplo nuestro país donde el 60% de las
personas viven en pobreza. Desde esa
realidad tener una actitud de reflexión, contemplación, abrirnos a la capacidad
que tiene Dios de sensibilizarnos para reconocer lo bueno de cada ser humano, así como tener
conciencia del hermano que sufre. Nuestra misión es por todo el que está cerca
que tiene hambre, sed, frio, dolor o
simplemente desconoce a Dios.
Jesús viene en navidad a salvarnos, esa salvación no
es posible si no nos condolemos de los predilectos de Jesús k son los más
pobres los desamparados (Mateo 25, 35-46). Es necesario contar con lo que se
tiene no con lo que hace falta. La navidad es el deseo autentico de que cada copa se
rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la
paz, a disfrutar de la vida con las pequeñas cosas que ésta nos ofrece, a dar
lo mejor de sí.
Tiende tu mano al desamparado,
ofrece tu hombro al acongojado, dar es lo que de verdad muestra la grandeza de
nuestro corazón.
Para algunos es la escusa perfecta para gastar,
gastar y gastar para otros la oportunidad de reencontrarse con Dios. Lo cierto que es que sin importar su origen,
sin importar la intención que nos motiva a celebrar, cada año la humanidad se
une en la conmemoración de esta fiesta que
no es sólo el recuerdo de un suceso histórico es el momento propicio para darnos por entero
sin esperar recibir por lo que es considerada la época más bonita y la mejor
manera de terminar el año.
Todos somos capaces de convertir lágrimas en
brillantes sonrisas y corazones tristes en dulces morada. ¡¡¡Feliz Navidad!!!
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